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lunes, 13 de octubre de 2014

MI MAPA..


Hasta la fecha de hoy... 03/10 de 2019, visitados...
3 continentes   
28 paises 
63 Ciudades, 320 horas de vuelo,19 aerolineas, 89
 aviones...y miles de kilometros..



miércoles, 24 de septiembre de 2014

TAILANDIA..País de la eterna sonrisa.

Tras unos pequeños problemas y 11 horas después, llegamos  al aeropuerto de nombre impronunciable..."Suvarnabhumi" de Bangkok.
8´30 de la mañana, después de pasar inmigración, allí ya nos esperaba nuestro transporte y un calor intenso que superaba el 80 por ciento de humedad. Tras unos 45 minutos sorteando el horroroso tráfico llegábamos a Silom Road, dónde se encontraba nuestro hotel en una céntrica arteria de la capital. El contraste de la temperatura de la calle con la del lobby del hotel era exagerado, a los tailandeses les encanta el aire acondicionado, quien dispone de él..claro. Unas horas más tarde después de estar recuperados del jet lag, salimos del hotel. El calor y la humedad nos golpeó en la cara..Miramos hacia la derecha y la izquierda, decidimos dirigirnos hacía Lumphini Park, uno de los grandes pulmones de Bankok. Mientras paseabamos, éramos los blancos decenas de tailandeses intentando llamarnos la atención para ofrecernos todo tipo de cosas, desde taxi, tuk tuk, masajes, trajes a medida y otra clase de favores dada la cercanía del barrio rojo. Comprobamos in situ la actividad más conocida mundialmente, popular y peligrosa de Bangkok. Cruzar por un paso de cebra.
El enorme tráfico no respeta las señales y además los semáforos están apagados en muchos puntos. Para cruzar las calles debes armarte de valor, tragar saliva y lanzarte. Ellos controlan las distanocias y pararán a tu paso, a veces demasiado cerca. En esta jungla de coches todo vale, conductores sin protección, motos con 3 ó 4 pasajeros, con niños incluidos y claro está sin casco ninguno de ellos. Por fín llegamos a Lumphini Park de 58 hectáreas, comandado a su entrada por la figura de el rey Mongkut, (Rama VI) Un precioso parque que cuenta con dos lagos llenos de peces y lagartos monitor que nadan y pasean a sus anchas entre los visitantes.

Miles de plantas y flores sobre todo orquídeas símbolo de Tailandia, cubren el parque por completo. En su parte norte, varios santuarios repletos de ofrendas daban la Paz necesaria a varios tailandeses qué en ella presentaba en sus respetos a Buda. Salimos del parque y continuamos por Ratchadamis Road. El sudor me corría por la espalda, el calor era agotador pero eran más las ganas de conocer la ciudad. Los taxis de colores por cada día de la semana aparecían por todas partes reclamando la atención de cualquier caminante, haciendo sonar la bocina. Enseguida llegamos a la Avenida de Rama I, allí se encuentran varios enormes centros comerciales. Siam parangón, MBK y central World repletos de adolescentes, era sábado,  tomar algo en los distintos establecimientos y dejarse ver, es uno de sus pasatiempos. En uno de ellos se encuentra un gran Acuario. A unas cuantas manzanas no muy lejos de ahí, se encuentra Jim Thonson house, una mezcla de 6 casas tradicionales Tailandesas. Este hombre fué un arquitecto americano que se trasladó aquí tras la segunda guerra mundial para ayudar a la liberación de Tailandia y se interesó por la seda y tejidos del país. Creó su propia empresa. Expandió mundialmente la seda Tailandesa. Desapareció en la jungla, hay varias hipótesis que dicen que fué asesinado ó devorado por animales salvajes. Puede visitarse, hay un restaurante y una tienda de ropa de firma.. Un oasis de paz en medio de la bulliciosa urbe. Pegada a la casa se encuentra un Khlong ó canal. Una parada de barco se encuentra a unos 100 metros de la casa. Decidímos probar la experiencia del tuk tuk, tras pactar el precio con el conductor hasta nuestro hotel, como no decidió hacer lo que le víno en gana y tras unos 15 minutos jugandonos literalmente la vida a toda velocidad, incluso en sentido contrario por alguna calle, acabó llevándonos a otra punta de la ciudad y dejarnos a las puertas de una tienda de ropa con la excusa de repostar.
Es costumbre entre ellos tener acuerdos con tiendas a cambio de dinero o tickets para gasolina, claro está..engañando al cliente. Tras comprobar nuestro enfado, nos apeamos, pagamos y decidímos coger un taxi, baratísimo en esta ciudad, 37 Baths la bajada de bandera. Eso sí hay que recordarles que conecten el taxímetro, ellos son reticentes a ello, pero están obligados bajo petición. Después de una buena ducha reparadora de nuevo bajamos a visitar el mercadillo nocturno de Patpong, próximo al hotel. Casi 1km con cientos de puestos, abiertos hasta muy entrada la madrugada, con sus vendedores dispuestos a recatear hasta el final. Recomendado empezar por menos de la mitad de el precio solicitado. Se pueden conseguir auténticas gangas. Muy cercano también el barrio rojo de Bangkok, varias calles llenas de clubs, masajes y de chicas esperando captar clientes. Decenas de puestos de comida recorren también la zona de Este a Oeste.. Platos de arroz, nuddles y pinchos de todas clases a 20 baths, lo preparan en el momento y es una auténtica delicia. En Tailandia las comidas no son copiosas pero se come a todas horas. De nuevo en el hotel disfrutamos por primera noche de las magníficas vistas que nos brindaban los grandes ventanas de nuestra habitación, las luces de los rascacielos, el denso tráfico, el Sky train circulando elevado por las arterias de esta gran urbe..Una ciudad que nunca duerme.. Al día siguiente tras el desayuno, teníamos un bonito desafío. Disfrutar de la jungla en plena época de monzones. Eran las siete de la mañana cuando Villy, una Tailandesa de unos 50 años se nos presentó en recepción del hotel. Con el saludo tradicional.." el wai Prah"..juntando respetuosamente las manos y reclinando la cabeza a la vez que pronunciando un hola!.."sawadee ka" para la mujer ó " sawadee krup".. dirigido al hombre. Sería nuestra guía en esta experiencia. Montamos en la furgoneta de marca Honda exacta las miles de furgonetas que se ven por el país, enseguida salimos de Bangkok y tomamos una autovía dirección al noreste. Nuestro destino, el parque nacional de Khao Yai. El frío del aire acondicionado dejaba helado. Por la ventanilla se podían ver decenas de motos entre los vehículos, algunos incautó sin casco. Autobuses de colegios estrabagantemente rotulados con dibujos de manga. Vehículos pick up con trabajadores apiñados esperando llegar a sus puestos de trabajo. Casas espirituales en la puerta de cada taller, negocio, empresa o colegio. Dejamos atrás la civilazación y entramos en la espesa naturaleza. Llegamos al Centro de Protección de elefantes de Khao Yai, allí una elefanta de 80 años nos recibió con entusiasmo al ver que portábamos cestas con comida. Enseguida se hizo íntima amiga nuestra. Los elefantes son agradecidos y tienen una increíble memoria.

En Tailandia los elefantes representan fuerza, sabiduría y protección.  Se dice que antes del tsunami del 2014, elefantes que participaban en una excursión,  comenzaron a llorar. Cogieron con la trompa a los turistas, se los subieron al lomo y hecharon a correr hacia las montañas,  les salvaron las vidas. También son empleados para trabajos agrícolas dónde no es accesible la maquinaria. Llegamos al parque nacional,  la estrecha carretera discurría entre una vegetación salvaje que iba comiendo terreno al asfalto, señales con posible cruce de elefantes o monos nos advertía.
Enseguida aparecieron familias enteras de monos acercándose al vehículo interesados por algo que comer. Continuamos hasta view point Khao Yai, dónde se observaba todo el Parque Nacional desde la altura. Muy cerca del centro de interpretación dónde nos esperaba un guarda del parque retirado de unos 60 años, que nos haría de guía en plena jungla.


Conocedor de ella palmo a palmo, ataviado con ropa de camuflaje y armado con un revólver y un gran machete para los animales salvajes que pudiesen aparecer. Se montó con nosotros en la furgoneta y comenzó a mostrarnos álbunes de fotos que sacaba de su raída mochila..Con otros turistas o en sus viejos tiempos como guarda con algunos de los animales del parque. Ordenó parar y  enseguida entramos en plena jungla. El sol se filtraba entre las ramas de los altos Ficus de más de 100 años, pronto la espesa vegetación daría paso a la plena oscuridad, el ruido de los insectos y algunas aves era ensordecedor. Las plantas trepadoras y raíces colgaban desde lo alto.


De repente se hizo la noche y un fuerte trueno retumbó. Se hizo el silencio y no nos dió tiempo a colocarnos los impermeables y resguardar la mochila cuando comenzó a llover a Manta. El ruido del agua golpeando con las hojas y el olor a húmedo lo impregnaba todo. Continuamos andando, algunas raíces hacían que saltásemos por encima, el agua comenzaba a correr entre los pies. Tras más de una hora ya mojados por completo, salimos a una llanura con un espeso matorral dónde podía verse la huella del paso de elefantes salvajes. Una densa niebla envolvía ahora la jungla que habíamos dejado atrás, varias horas más tarde ya en el vehículo, Villy nuestra guía, decidió llevarnos de camino de vuelta a un mercadillo flotante. Nos confesó que este no era turístico sólo tailandeses, aunque nos recibieron con una sonrisa. Tiendas de ropa vieja, puestos de comida, fruta.. Unos niños nos ofrecieron un biberón con algo que se asemejaba a leche, cuál fué nuestra sorpresa cuando vimos que se trataba de dar de comer a los peces y tortugas de un estanque. Una hora más tarde llegamos a Bangkok todavía mojados por la lluvia y algo cansados aunque muy satisfechos con la experiencia.  Al día siguiente había que hacer una visita obligada en Bangkok y sus palacios..


Wat pha, Wat pho y Wat Arun..Este primero es el gran palacio , uno de los monumentos mas importantes de Bangkok y construido por el rey Rama primero y ennoblecido por sus sucesores. En él se encuentra el Templo del Buda Esmeralda, el what pho es famoso por el Gran Buda reclinado de 45 metros de longitud. El Wat Arun, templo con una aguja de 104 metros de altura está cubierto de porcelana, su mejor vista es de noche pero para visitarlo hay que cruzar el río Chao Praya. Exhaustos por el calor entramos en un pequeño local frente al Palacio Real, nos sentamos en una mesita ante un ventilador a toda marcha y pedimos varias bebidas que consumimos casi de un trago. La amabilidad de la señora que servía era tal que nos quedamos a comer. Tras descansar y bajar la temperatura corporal, nos acercamos al muelle dónde cogimos el ferry de la línea de bandera naranja. Cuesta 17 Baths, un buen sistema de transporte bueno, bonito y barato.
En el trayecto se puede observar el río Chao Praya cubierto en algunos puntos de vegetación y algas. Se pasa ante el Wat Arun, barcos de transporte, pescadores u otros tours privados no dejan de circular arriba y abajo. El sonido de una lata llena de monedas agitándose llegaba hasta nosotros, era la señora que cobraba los billetes, se deslizaba con sorprendente agilidad entre la gente que se agolpaba en el barco. Pagamos y a cambio nos entregó unos pequeños sellos..eran los billetes. Hay que estar muy pendiente de las paradas, los carteles con el nombre son muy discretos y a veces no se ven bien. Bajamos y una oleada de chicos vestidos con uniformes de colegio volvían hacia sus casas, casi se hacía difícil sortearlos por la acera. El denso tráfico y el calor hacía un poco irrespirable el ambiente. Esa misma noche teníamos una cena tradicional con danza tailandesa, dos parejas más y una chica italiana afincada en Barcelona nos acompañaría en el evento. El lugar era elegante y muy bonito, un gran patio con luces, un estanque con peces de colores y unos porches de madera.
El comedor era amplio con un escenario, la cena era tipo degustación en muchas tazas repartidas. Bastante decepcionante incluido el espectáculo. Al acabar nos desplazamos hasta el Lebua at state Tower Hotel al comienzo de la avenida Silom, allí se encontraba el bar Sirocco una de las mejores vistas de Bankok. Restaurante y terraza situadas en la planta 68 de este hotel, se puede cenar (hay que reservar con antelación) o tomar una copa en la terraza (para esto último no es necesario) hay que vestir bien, la consumición media de una cerveza son 9 euros. Era una noche despejada, había actuación, las vistas eran increíbles y la buena compañía invitaba a pasar un buen rato agradable.
Era nuestra última noche en Bangkok y no había mejor manera para despedirnos que admirar la ciudad desde las alturas.
26 de agosto, la furgoneta volaba de camino al aeropuerto. Cogimos el avión a la hora prevista, apenas una hora y cuarenta minutos después aterrizamos en Phuket, esta isla que conecta a la península mediante un puente. Ahí una chica tailandesa que aparentaba tener unos 12 años, nos recibió y enseguida tomamos camino hacia Karon beach, por el camino nos relataba cómo había quedado la isla tras el tsunami del 2014. Llegamos a nuestro hotel sin ningún lugar a dudas el mejor en el que estado. La humedad aquí era mucho menor, el servicio nos acompañó a nuestra habitación muy atentos y respetuosos hasta el punto de apartarse para que pasásemos con el saludo Wai Prah. Dejamos el equipaje y bajamos a toda prisa a observar nuestra ansiada playa de cocoteros y de arena blanca.

A esa hora no había apenas nadie y pudimos pasear tranquilamente mientras oscurecida. Los días siguientes disfrutamos de la playa aunque las enormes corrientes la hacían peligrosa,  algún bañista era rescatado. Disfrutamos del entorno de karon, sus puestos de comida y postres dulces de los que probamos la mayoría de las noches. Probamos el típico masaje tailandés, en la cultura tailandesa los masajes se enseñan en la escuela, muchos luego ya se dedican a ello, es bastante intenso pero no hacen daño.  Conocen todos los puntos de presión que afectan a los otros órganos del cuerpo.  (una hora por unos 300 Baths). También comprobamos el trabajo de los peces haciéndonos una limpieza de pieles muertas en los pies muy divertido.. (20 minutos 100 Baths.2,50€)
Paseamos por Kata, cercana localidad de Karon beach, calles salpicadas de pequeños puestos de artesanía tailandesa, de equipaciones acuáticas, como no puestos de comida. Encontramos una preciosa criatura paseando con su dueño, un jovencito elefante que a cambió de unos pocos Bahs, podías darle de comer. Muy cariñoso el animalito. Oscurecía  poco a poco y los relámpagos dibujaban las siluetas de las nubes en el cielo, las primeras gotas comenzaron a caer. Muchas torres de luz con sus cables colgaban casi hasta el suelo de las calles de kata, chisporroteaban al contacto con la débil lluvia que caía en ese momento. La lluvia empezó a arreciar así que decidimos tomar camino de vuelta, esta noche había que descansar al otro día teníamos otra intensa experiencia. Conoceríamos las islas Phi Phi.
 31 de agosto, 7:00 de la mañana, esperábamos en recepción cuando casi de inmediato preguntaron por nosotros, montamos en la furgoneta del turno, cruzamos toda la isla de Phuket y nos dirigimos al puerto. Allí nos distribuyeron en varias embarcaciones, montamos unas 12 personas y cuatro tripulantes tailandeses que en un inglés básico y bastante atendible nos explicaron lo que íbamos a visitar. Fruta y bebida fresca se encontraban en una nevera a disposición nuestra. Otra gran cesta de equipos de snorkel  aunque nosotros nos habíamos llevado los nuestros. Cincuenta minutos aproximadamente nos costó llegar a Kho Phi Phi Lee, nos ataviamos con los equipos y nos echamos al agua. El lugar era increíble, unas gigantes rocas nacían verticalmente del agua transparente, miles de corales y peces de colores alfombraban el fondo. Curiosos se acercaban entre nosotros, el agua estaba en calma era como una gran piscina natural. Se nubló rápidamente y comenzó a llover, el efecto de las gotas golpeando con el mar era extraño pero a la vez emocionante...(mas no podíamos mojarnos). A continuación nos dirigimos hacia la playa donde Leonardo DiCaprio rodó el film, "la playa",  la arena era polvo blanco, el agua de un azul turquesa cristalina mostraba el fondo.
Apenas había olas.. la pena eran las decenas de lanchas similares a la nuestra con cientos de turistas atracadas en la playa, cámara en mano. Recorrimos la isla entre su densa vegetación, algunas personas aún viven allí en un discreto campamento. Tras una hora tomamos rumbo a Kho Phi Phi Don, pasando por la isla de los monos, mientras realizabamos el acercamiento a unas paredes cubiertas de vegetación, comenzaron a aparecer divertidos colgando de algunas ramas obsevandonos desde la distancia. Seguimos hasta Kho Phi Phi Don, dónde comimos.. Lo mejor nos esperaba al final. La preciosa isla de Bamboo, otra playa de agua tranquila y transparente perfecta para la práctica de snorkeling, los corales y peces de mil colores invitaban a sumergirse en ella hasta el agotamiento.  De hecho estas islas están catalogadas como alguna de las mas bellas del mundo.
Regresamos camino a Phuket algunos pescadores nos saludaban en alta mar de Andamán, en sus barcas tradicionales tailandesas con sus lazos de colores para atraer la buena suerte, lanzaban su redés..Estábamos agotados, se me cerraban los ojos pero la fría brisa y el fuerte ruido de los 700 centímetros cúbicos de los tres motores de lancha impedían soñar despierto con todas esas imagenes vividas. Una de los mejores experiencias de mi vida que jamás olvidaré! El día siguiente era el último y había que hacer algo especial así que contratamos un Tuk Tuk para que nos llevase a Cabo Promthep, al sur de phuket..haciendo una primera parada en Kata View point. Allí disfrutamos de la puesta del sol, otra para grabar en las retinas..

 Ahora mientras escribo se me agolpan los recuerdos, tan intensos y todavía tan frescos.  Hemos abierto las puertas de esa Asia desconocida, si me preguntan si ha sido mejor o peor.. Ha sido completamente distinto, hemos conocido una urbe de contrastes, moderna y a la vez anclada en el pasado. Ante todo muy tradicional, hemos conocido una auténtica jungla en plena temporada de monzones, islas paradisiacas de fina arena blanca y agua turquesa, hemos Interactuado con elefantes, monos, peces y otros animales. Sobretodo hemos conocido y disfrutado de carácter afable, cordial, acogedor y respetuoso de los tailandeses siempre con esa sonrisa en la cara..



viernes, 18 de julio de 2014

Fiordos en STAVANGER, Noruega

Un fiordo es la entrada del mar hacia un valle formado por glaciares. Tanto Stavanger como Bergen, son la puerta de entrada de muchos de ellos en noruega. Los fiordos noruegos son famosos por ser uno de los destinos mas bellos del mundo..
8 de Marzo 2014, tras hacer escala en Ámsterdam,  llegamos al aeropuerto de Sola, uno de los más importantes del país. Este comunica mediante autobús de la empresa Flybussen cada 20 minutos con el centro de la ciudad. Su precio 13'60€. La lluvia desde la llegada hizo como no acto de presencia. Sorprendentemente, no hacia excesivo frío para estas fechas en el sur de Noruega.
Es buena idea fijarse por donde se va pasando con el autobús,  puede ser una buena ruta si se alquila vehículo o como hicimos nosotros unas bicicletas. Pues se pasa por el fiordo Hafrsfjord y admirar las tres espadas, monumento que más adelante detallaré.  El autobús hace varias paradas en Stavanger, en el condado de Rogaland. Bajamos en Bekhuskaien junto a los muelles de Norled. Cerca de allí. En Stoperigata teníamos nuestro pequeño y curioso apartamento. Las llaves se encontraban dentro de una pequeña caja metálica en la pared. Esta cerrada con un código,  una ruleta numérica similar a la de las maletas lo abría. Así que nadie nos esperaba. Nuestro alojamiento constaba de un pequeño cubículo formado por bloques de hormigón que acertadamente guardaba tanto el frío como el calor. Se distribuía entre un minúsculo salón-cocina, un baño con suelo calefactado y un dormitorio elevado por el que se accedía por una escalera no apta para para personas con vértigo. Lo mejor su terraza y su solarium con una de las mejores vistas de las que se puede disfrutar en Noruega, el fiordo Byfjorden. Frente al edificio se encuentra el supermercado ICA perfecto para no gastar demasiado en las comidas, dado el alto precio de los productos. Tras hacer una primera compra básica,  nos encaminamos por Pedersgata paseando por las céntricas calles, llenas de bonitas tiendas adornadas con mucho gusto.
La calle Klubbgata es el corazón de la zona comercial, también con coloridas y bohemias cafeterías donde puedes tomar un café mientras lees un libro de el mismo establecimiento.  El frío no les quita a los noruegos su gusto por las terrazas y disfrutar un rato agradable acompañados de los amigos al aire libre. Todas ellas disponen de mantas para paliar las inclemencias del tiempo. Paseamos por los muelles de Skagenkaien donde se encuentra el Petroleum Museum, Stavanger es reconocido por la aparición de yacimientos y sede de una compañía petrolífera.  Llegamos al muelle de Vagen, en el centro de la ciudad donde esta la zona portuaria y donde atracan los grandes cruceros, algunos bares y restaurantes rodean esta lengua de mar que entra dentro de la ciudad. Las antiguas Wharf houses..( casas de los pescadores)..  estilo anglo-normando , ahora reconvertidas en alojamientos y pubs.
Nos acomodamos en una terraza, hacía frío pero las estufas de pie, debajo de las mesas hacían acojedor el lugar, las pieles de cordero le ponían el punto cálido,  enseguida nos rodeamos de jóvenes de aspecto Nórdico,  disfrutamos de una cerveza noruega de 8€ al cambio..., mientras observabamos las luces de las viejas casas ya encendidas ante la llegada de la oscuridad.
Al día siguiente a las 10; 00 desde Skagenkaien, salíamos con un ferry de la compañía Fjordline hacia Lysefjord, uno de los fiordos más expectacular de Noruega por su belleza.
Mientras nos alejábamos de Stavanger se podían contemplar las casas de verano en las orillas de los fiordos..9 grados de temperatura, la brisa era congeladora. Pronto nos quedaríamos solos en la cubierta. Pasamos ante varias islas desavitadas y comenzamos a entrar en un valle rocoso de paredes verticales a cada lado que se estrechaban cada vez más y más altas. Pasamos por debajo de Preikestolen, el famoso púlpito..una roca suspendida a 604 metros de altura sobre el fiordo.
Es una de la atracciones obligadas junto a la visita del bonito pueblo de Bergen..eso si si la temporada y el tiempo lo permiten.
Unas caídas de agua aparecieron a los lados, los rayos del sol se filtraban entre las rocas e iluminaban una parte del fiordo. El barco se acercó a una cascada tanto como para caernos literalmente el agua encima, uno miembro de la tripulación,  llenó un cubo metálico de agua y la probamos

. El mejor agua que se puede probar. Camino de vuelta nos quedamos de nuevo solos en cubierta, el ferry había aumentado la velocidad y el agua y la brisa nos daba en la cara y nos entumecía pero las vistas y el momento era inigualable. Los alegres Noruegos nos saludaban desde los porches de sus casa mientras disfrutaban de los pocos rayos de sol que el cielo encapotado permitía pasar.
Por la tarde de nuevo visitamos la ciudad, esta vez más a fondo, una gran fila de vehículos incluidos camiones esperaban en Verkgata, la llegada de los ferrys de Norled, compañía naviera que enlazan todas las islas del archipiélago.
 Curioso ver como suben y bajan los camiones de los barcos con toda naturalidad ya que es uno de los medios más utilizados y en algunos casos imprescindible para el transporte entre ellos. Visitamos la bonita Catedral de piedra de estilo románico de aproximadamente 1125 y su cristaleras de ricas ornamentaciones. Luterana y consagrada a San Swithun, misionero inglés.

Junto a la Catedral se encuentra el lago Breiavatnet y By Parken, el parque que lo rodea. Es un bonito paseo y un precioso enclave para fotografiar. A continuación nos dirigimos al lugar sin ninguna duda más bonito de la ciudad, el Old Town

..la ciudad vieja donde se encuentra más de 170 casa que rodean Strangata, ésta zona de casas blancas típicas Nórdicas con alegres jardines y vestidas en su interior con muebles de estilo rococó que forman auténticos museos en si mismas. Sus propietarios aunque acostumbrados a los turistas están muy orgullosos de ellas y quizás os las enseñen. El suelo empedrado no le quita un ápice a ser uno de los mejores paseos nocturnos de la ciudad. Para no desmejorar el final de la tarde subimos a Valberg Tower and Guards Museum..una torre que alberga el museo marítimo,  situado en la parte más alta de la cuidad y con las mejores panorámicas.  Lugar idóneo para sentarse y observar durante buen rato el anochecer y las luces de la ciudad...desde luego otro momento para el recuerdo..( creo que la vida se basa en ellos...).
A la mañana siguiente, desayunamos en un concurrido café dentro de un centro social..los llamemosles "Stavangerinos".. leían la prensa, otros charlaban animadamente, nosotros revisábamos nuestras últimas fotos mientras dábamos los últimos sorbos al café y nos poníamos en marcha, algunos nos despedían con una sonrisa,, hay que alabar el buen carácter de esta gente..nos dirigimos a Rosenkilde de Torget, donde se encuentra la oficina de turismo de Stavanger. Allí alquilan bicicletas, aunque tienen varios inconvenientes, ninguno de los empleados se encarga directamente de ellas con el consiguiente estado de abandono, sucias, sin aire en las ruedas..tiene que apañarse uno mismo, otro es que debido a que los noruegos son tipos grandes, las bicicletas son de talla enorme. Inflé las ruedas y ajusté nuestras bicicletas..nos dirigimos hacia la carretera E39 y tras una hora y media siguiendo las indicaciones llegamos a Sverd i jfell, " espadas en la roca"..

monumento que consiste en tres espadas de 10 metros de altura clavadas que simbolizan una batalla que decidió la adhesión de toda Noruega. También simbolizan para los Noruegos Paz, Unidad y Libertad. Es un precioso enclave perfecta para ir paseando en bicicleta desde Stavanger. El lugar donde se encuentra es realmente el fiordo de Hafrsfjord,de agua salada que entra desde el mar del norte, se pueden observar conchas y restos de corales en las orillas de las miniplayas que se forman..el efecto de agua, el sol, el cielo y las tres espadas es expectacular, además existe buen carril bici desde la ciudad. Completamente recomendable, no hay que tener miedo al tráfico,  los conductores Noruegos son muy respetuosos y educados al volante. Tras pasar el día siguiente mezclandonos con los noruegos y la vida normal de la ciudad, decidimos cruzar el enorme puente que cruza el Estrecho, By bru;
Una gran obra de ingeniería de 1067 metros de longitud y 26 metros de altura. Este se dirige hacia Hunvag para visitar las islas de Grasholmen y sølyst, lugar de residencia de pescadores y Stavangerinos. Cruzar lleva buen rato si decides disfrutar de las vistas y de la bahía de Stavanger. Los grandes ferrys de Norled no descansaban y podían observarse pasar por debajo del puente constantemente. Era nuestro ultimo día y disfrutábamos muy relajados de nuestras últimas horas.
La puesta de sol no podía faltar, un regalo para los sentidos del que supimos disfrutar e inmortalizar, era el punto final a nuestra experiencia Noruega. En esos momentos finales de meditación confirmamos con rotundidad nuestro amor por los países Nórdicos,  pero que también era hora de cambiar de culturas..decidimos que pronto cambiaríamos de continente..dónde...?

jueves, 3 de julio de 2014

ISLANDIA


Islandia es uno de esos desconocidos y sorprendentes países a los que viajas con buenas expectativas, pero que ni se te pasa por la cabeza vivir experiencias tan increíbles, contemplar escenarios tan bellos únicos de los que dispone esta isla de hielo y fuego. Situada en el paralelo 66 en el Círculo Polar Ártico, este país de descendientes noruegos cuenta con cientos de volcanes algunos en continua erupción, glaciares, lagos, ríos de agua caliente, lava, fumarolas, géisers, cascadas, piscinas naturales, animales únicos como ballenas, osos polares que esporádicamente aparecen en la costa subidos a icebergs que desde Groenlandia cruzan en busca de comida, los famosos frailecillos..de muy similares características a los pingüinos, cómo no y si las circunstancias son favorables, la posibilidad de avistar auroras boreales o noches de sol, según la época del año.            
                                                                                                                                              5 de septiembre del 2013, Aeropuerto de que Keflavik, el acercamiento a la pista aterrizaje era muy curioso, las vistas por la ventanilla, daban la impresión de aterrizar en un paraje de Marte. El suelo marrón de un oscuro de lava seca. Nada a la vista excepto el aeropuerto, ninguna forma de vida en kilómetros, ni vegetal ni humano, lo más cercano la población de Keflavik. El aeropuerto cuenta con unos modernas instalaciones, en su entrada la empresa de autobuses Grey line nos esperaba. Habíamos reservado online y tras pactar el alojamiento, el autobús nos distribuiría entre ellos. El fresco ya se notaba en septiembre en esta isla. Aunque parecía agradable, me acerqué a uno de los autobuses que esperaba en la entrada y pregunté. Era ese, montamos y tras unos minutos de espera a los últimos pasajeros en llegar, salimos hacia Reykjavik. Las vistas tras los cristales del autobús parecían desoladoras. Todo lava, la única vegetación que se veía en zonas más húmedas era musgo sobre ésta, creada durante años expuesto a la humedad. Tras pasar ante Keflavik, el mar quedaba a nuestra izquierda. Después de 39 km llegamos a la capital Reikiavik, qué significa; Bahía humeante en islandés. Se extiende hacia el extrarradio donde teníamos nuestro alojamiento, tras llegar al centro de Reikiavik, cambiamos a un minibús que allí nos esperaba para distribuirnos a los distintos alojamientos. Anochecía y el frío se había intensificado, tras 15 minutos llegamos al hotel 66 dónde habíamos reservado una habitación con cocina y baño, la habitación constaba de una zona que hacía de salón, otra con una gran cama y una pequeña cocina con fogones, campana, fregadero y nevera. Frente a nuestras grandes ventanas se observaba las de una academia de baile, la música de Bruno Mars nos acomparía durante nuestra corta estancia en el apartamento. Eran las 22,00 de la noche cuando unos toques en la puerta nos sobresaltaron, eran una pareja de guías de Islandia 360, una pequeña empresa que un grupo de Españoles emprendedores se habían montado para ayudar a los viajeros que deseamos conocer esta maravillosa isla y su secretos. Muy puntuales y amables nos acompañarían esta noche a la caza de auroras boreales. Los invitamos a pasar mientras nos preparamos rápidamente y dejamos la mochila a medio hacer. Montamos a una furgoneta ya entrada en años, era 4x4 y salimos de la ciudad en dirección norte. Enseguida las luces artificiales de la ciudad se quedaron atrás y las cambiamos por un cielo estrellado muy despejado, habíamos elegido esta noche porque sería la más propicia. Las siguientes días se pronosticaban con nubes y posibles lluvias. Después de unos kilómetros sin parar de vigilar el cielo muy excitados por lo que pudiese pasar, un punto en el cielo de color verde, hizo que nuestros guías de esta noche nos sobresaltasen, posiblemente se estaba creando una. Enseguida salimos de la carretera, y accedimos a un camino envuelto en lava. Paramos y salimos a toda prisa, hacía un frío intenso, pero la excitación hacía que apenas lo sintiésemos. Falsa alarma...Continuamos el camino, al cabo de unos cuantos kilómetros más. Volvímos a ponernos en alerta y de nuevo salimos de la carretera, una pequeña luz verde se desdibuja en el horizonte. Entonces nos confirmaron que se estaba creando, así que salimos del vehículo y en ese momento empezó a aumentar su tamaño, una luz verde en forma similar a un arco iris empezó a iluminar la noche, me quedé estupefacto. Todo se quedó en silencio, no existía ningún ruido de la noche. Ese arco iris aparecía y desaparecía a su antojo. Empezaba a moverse por el cielo, en este punto tengo que decir que es una de las experiencias más increíbles que he podido vivir. Estuvimos buen rato admirando cómo aparecían otros auroras en otros puntos del cielo y volvían a desaparecer.
Tanto en el Círculo Polar Ártico como en la zona más austral de la Antártida, no existe la capa de ozono como la conocemos. Cuando ocurre una gran tormenta solar y los gases de esta, chocan con los gases de la atmósfera de la Tierra, Se libera una luz colorida. El oxígeno emite el color verde y el nitrógeno azul o rojo, tras buen rato volvíamos hacia Reykjavik, había que recoger a una familia amante de la astrología. Era su tercera visita al país para admirar su cielos en exclusiva. Eran las 4 de la madrugada y continuamos en medio de un desierto de lava, el frío era congelador y él sueño hacía que no prestásemos demasiada atención a las clases magistrales del padre de familia. Recogieron su trípode y la cámara profesional, ya no volveríamos a presenciar una aurora esa noche. Al día siguiente por la mañana nos acercamos a los almacenes de alimentación más económicos.. Hagkaup, situados al otro lado de la calle, los precios de los alimentos pueden doblarse perfectamente, menos el pescado casi todo es importado, con el consiguiente sobrecoste dado que en este país su tierra no es productiva. Por la tarde Cogimos el vistoso autobús urbano de color amarillo, se debe llevar el importe exacto. Las monedas se echan en una caja cerca del conductor, éste no cambia. El trayecto cuesta unos 220 Kr..2,60€, bajamos en la terminal de autobuses del centro junto al comienzo de la calle Laugavegur, calle más céntrica y comercial de la ciudad por dónde comenzamos nuestra visita, el ruido de los vehículos circulando con neumáticos de clavos, avisaba que pronto aparecerían las primeras nieves.

En próximas fechas serían obligatorias. Visitamos uno de los lugares más bonitos de la ciudad, el lagoTjorn junto al Ayuntamiento. Cientos de patos y gaviotas nos daban la bienvenida y de paso algo que llevarse al pico, entre ellos un simpático pato con forma similar a un pollo que con su gracioso andar nos cautivó.
Fué el rato más divertido, después visitamos la curiosa catedral Luterana de Hallgrimur de 412 metros de altura y aspecto interior algo frío.

El no parar de despegues y aterrizajes de aviones en el aeropuerto local que allí se encuentra, le da un toque extraño. Parecen aterrizar en el centro de la ciudad y realmente así es. Continuamos por el muelle dónde salen los tours para avistar ballenas. El Palacio de Congresos, totalmente de cristal. Continuamos por el paseo Kalkofnsvegur hasta la figura de Sólfar... El Viajero solar, representa un barco vikingo.

Muy cerca también se encuentra la casa del antiguo consulado francés famoso por ser donde en 1986 Ronald Reagan y Mijail Gorbachov se reunieron en una cumbre para regular el control de armas. Nos sentamos en unas rocas mientras oscurecía, el escenario, las vistas, el sonido del mar rompiendo con las rocas era propicio para cerrar los ojos y dejarse llevar.
Al día siguiente eran las 8, ya no se esperaba Sergio, el chico que nos haría de guía en los próximos dos día..montamos una furgoneta roja de la primera noche y tomamos camino hacia la comarca de Sudurland, donde haríamos una ruta por el Valle de Reykadalur. Cientos de ovejas pastaban libres por todo el país junto a los caballos de pura sangre. El musgo de los lados de la carretera le ponía el tono verde a la pradera. Tras unos 50 km paramos en un extraño paraje donde sin ningún motivo aparente habían colocado los viajeros que transitan esta carretera cientos de pequeños montones de roca volcánica llenando un gran espacio de terreno
. Tras dejar nosotros también nuestro pequeño granito de arena continuamos el camino hasta el cercano pueblo de Hveragdi donde no hacía mucho tiempo había sufrido un gran terremoto y prueba de ello se puede visitar una gran grieta dentro de un pequeño centro comercial. Cerquita de aquí tiene el comienzo de el valle de Reykaladur. Aparcamos la furgoneta y tras cruzar un pequeño riachuelo, comenzamos a ascender.


Enseguida pudimos contemplar fumarolas esparcidas por toda la montaña mientras el aire arreciaba, comenzaba el barro bajo nuestros pies, no había opción, habría que ensuciarse. De nuevo encontramos esta vez unos enormes agujeros con azufre burbujeante, el vapor nos humedecía la cara..

.Continuamos, dejamos una gran caída de agua a nuestra izquierda. Seguimos el transcurso de un pequeño riachuelo y al llegar al gran valle, el agua discurría tranquila y salia humo de ella, estábamos 11 grados y comenzaba una fina lluvia, así que hicimos lo que un buen islandés haria en un frió día, desnudarse en plena naturaleza y meterse al río. El agua estaba a unos 36 grados..El agua en este país es pura, limpia y de las mejores del mundo, el agua que sale por la ducha contiene azufre, se nota en la olor y es buena para el organismo. El día siguiente salimos hacia la famosa ruta del Círculo dorado donde pueden admirarse un conjunto de lugares naturales excepcionales. La primera parada, el parque nacional de Pingvellir, donde se encuentra la falla que separa el continente americano de el europeo y que sale al exterior debido a los continuos terremotos. Allí mismo se encuentra el lago mas grande de Islandia, Oxararfox. Una cascada, el cañón de los peniques de agua transparente, además de ser patrimonio de la humanidad, es un lugar histórico donde fué proclamada la independencia de la república de Islandia y donde anualmente se congregaban las autoridades para hacer asambleas y su parlamento que se fundó en este lugar.

Continuamos el camino, llegamos a Haukadalur, donde se encuentran 6 geisers, nombre que fué dado al fenómeno por estos de Islandia. Consisten en chorros de agua expulsada debido al contacto entre el agua superficial y las rocas calentadas por el magma, suelen eructar cada 8-10 minutos..y hasta 10 metros de altura.

Tras comer seguimos hasta Gulfoss..la cascada dorada.. Situada en el cañón del río Hvitá con tres caídas de 11 y 21 metros en una grieta de 32 metros de profundidad. La lluvia no deslucía un ápice el expectaculo...Además yo soy ultra defensor de conocer un país en su estado climático normal..con frío, con lluvia, con nieve,..
.los días iban pasando e íbamos enamorándonos cada vez mas de este país, de su naturaleza salvaje, de la forma de ser de los Islandeses..educados, respetuosos de sus tradiciones y sus muchas curiosidades..; Algunas de ellas..Se dice que de alguna forma, todos los Islandeses son familia y que a la hora de casarsen consultan arbol genealógico, muchos de ellos son primos de 3 o 4 grado. Dicen creer en los gnomos, la criminalidad de este país es 0..puedes olvidarte tu cartera en la mesa de un establecimiento y a las dos horas volver a las dos horas y estar allí. Puedes encontrar las puertas de los coches y de las casa abiertas a cualquier hora y son muy confiados con los visitantes..paseando puedes ver en pleno invierno, una fila de carritos de niños en las puertas de las cafeterías. Es una costumbre que se hace para aclimatar a los niños al frío, también se relajan y descansan, mientras los padres toman cafe relajadamente en su interior. No podíamos irnos de Islandia sin visitar el Blue Lagoon.

Un lago artificial de agua geotermal caliente formada por la lava, son ricas en azufre y sílice, un barro que se encuentra en el fondo del lago que forma un color turquesa en el agua con la que te puedes cubrir la piel, pues es buena. El láģo esta siþuado a unos 40km de Reikiavik entre esta y Keflavik en la peninsula de Reykjanes. Se puede ir con el servicio de autobuses del aeropuerto. La temperatura del agua suele estar a unos 40 grados, puede llegar a agobiar a personas no acostumbradas, tambier comentar que son muy estrictos con la higiene y se pide a los clientes que se duchen completamente desnudos previamente. Pero tranquilizar a los tímidos porque se hace con tal naturalidad que nadie se va a sentir observado. La experiencia es muy bonita y la verdad es que sales muy relajado y con ganas de más. Aunque en cualquier población existen piscinas termales y mas baratas, Blue Lagoon es una visita obligada que no te dejará indiferente. Este sería nuestro broche a un viaje colmado de experiencias increibles dificiles de superar. El listón quedará alto a partir de ahora. Quién no ha pensado alguna vez el dejar todo atrás, irse a vivir a otro país dónde conseguir una estabilidad interior, espiritual y como no de bienestar social..Islandia es uno de esos países que tienen todo lo que puedes desear, calidad de vida,, naturaleza, la calidez de su gente, quizá el punto negativo seria el clima , hay que tener cuenta que está dentro del círculo polar y es un atractivo más. La vida no se para por el clima extremo.

Trás todos estos dias de vivir sensaciones, cierro los ojos y puedo revivir el sonido de el mar, sentir el frío aire en mi cara, el agua caliente en mis manos, el olor a tierra humeda y miles de imagenes acumuladas en mi retina..Me voy muy contento y con algo de pena. Aunque creo que mi apego por los países Nórdicos hará que no tarde mucho en visitar alguno de ellos de nuevo....