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martes, 11 de febrero de 2014

BERLÍN; Cosmopolita..

Un 23 de octubre llegaba al aeropuerto de Schönefeld,12 grados en Berlín, pero la sensación de frío era mayor, el cielo estaba nublado y como no, prometía lluvia. En este viaje me acompañaría un amigo, un espíritu viajero como yo, en estos momentos perdido en alguna parte de Nueva Zelanda. Salimos del aeropuerto, cruzamos un túnel que daba a un andén del S Bahn, un tren expreso que enlaza las localidades del extrarradio con la ciudad de Berlín. Hicimos trasbordo y tras unas cuantas paradas bajamos en Heidelberguer platz, dónde teníamos nuestro alojamiento.
Un edificio con habitaciones privadas muy sobrias para mochileros y estudiantes con vistas a un parque con una vegetación muy densa,  con baños y duchas compartidas e instalaciones modernas a buen precio.
Rápidamente nos instalamos, dejamos las mochilas y enseguida salíamos hacia la U Bhan (el metro de Berlín) mientras caminábamos hacia la parada del metro, observaba los cuidados y verdes jardines del barrio.
Un tintineo de gotas empezaban a caer, las hojas secas revoloteaban por todas partes, una estampa otoñal que me entusiasmaba. Llegamos a la estación del metro, una máquina en la entrada expendía los tikets, hasta el día siguiente no nos dimos cuenta de que otra pequeña máquina de color naranja al borde del andén servía para validarlos antes de subir, no existen tornos pero ojo! SI, inspectores de paisano vigilando sobre todo a los turistas.
Bajamos en Alexander platz, paseamos por el barrio de Charlottenburg, zona muy comercial. Eran las ocho y media de la tarde y había oscurecido hace rato, muy pasada la hora de la cena en Alemania. Había prometido visitar el Don Quijote, restaurante que regenta un zaragozano en Bleibtreustrasse 42. Diseñado típicamente español, desafortunadamente Antonio, estaba de visita en España y nos atendió su mujer Alemana, varios camareros no daban tregua, el restaurante estaba abarrotado, las mesas vestían manteles a cuadros y los jamones colgaban de los techos. Los alemanes muy excitados dudaban en elegir entre la carta y las múltiples tapas que se exponían en la barra. Nosotros nos decidimos por unas tapas y pedimos cerveza Alemana.
Julio Iglesias y Rocío Dúrcal daban ambiente. Tras acabar una cerveza nos servían otra sin pedirlas, así en varias ocasiones, creo que probamos todas las marcas Alemanas que existían en el bar.
Para que no sirvan más, se debe dejar algo de bebida la Copa, (es costumbre en Alemania) Beberla toda era sinónimo de querer más.
Pregunté si disponían de orujo de hierbas, ibizencas no era lo mismo, pero no haríamos ascos, así que tras varios vasos, comenzamos a cantar canciones de Rocío Durcal, unas caras coloradas por el calor empezaban acumularse a nuestro alrededor, dando palmas. Tras dar por finalizado nuestro bochornoso espectáculo pagamos la cuenta, dicho sea de paso, hasta la última miga de pan, aquí no es costumbre convidar ni a una consumición.  Decidimos marcharnos, la verdad pasámos un buen rato y entre risas y comentarios llegamos a nuestro hotel, íbamos a tener que madrugar y ya preveía sería duro.
Al día siguiente marchamos hacia la cercana población de Oranienburg, cuya población tenía el dudoso placer de Albergar Sachsenhausen, uno de los campos de concentración más grandes e importantes de Alemania.
El día era bastante oscuro y lluvioso, llegamos a la entrada del campo dónde unas palabras irónicas y burlonas daban la bienvenida tanto a visitantes cómo entonces a los prisioneros.

Arbeit Machterei, "el trabajo os hará libres" cartel situado a la entrada de todos los campos de concentracion o exterminio de Europa.
La lluvia no cesaba y le daba ya de por sí un ambiente tétrico al recinto cubierto completamente de barro. Por 3 euros adquirimos un plano y una audioguía en español. Llegamos al patíbulo rodeado de torres de vigilancia desde dónde se realizaban prácticas de tiro con los prisioneros. Abierto en 1933, sólo tres prisioneros consiguieron escapar vestidos de mujer, los barracones parecían suspendidos en el tiempo, albergaban a 200 prisioneros cuando su capacidad era de la mitad, durante la visita a los crematorios, celdas de castigo, cámaras de gas, los fosos de fusilamiento, hacían ponerte la carne de gallina. Montañas de pelo humano, pijamas a rallas, dentaduras reposaban en los almacenes, multitud de fotos mostraban parte de los más de doscientos mil prisioneros que pasaron por Sachsenhausen. Cuatro horas después bastante impresionados  abandonamos el campo pensando que era una visita que todo el mundo debe de hacer para no olvidar y sobre todo no repetir la historia.
Esa misma tarde y parte de la noche visitamos muchos de los lugares más emblemáticos de Berlín



 
Puerta de Brandenburgo,  lugar de encuentro, centro histórico de Berlín, restos del muro expuestos en postdame platz, el barrio de Mitte, el Check Point Charlie; puesto fronterizo de la Guerra Fría controlada por los americanos que aún se puede visitar en el mismo lugar donde se encontraba y su pequeño museo allí mismo.
Al día siguiente nos dirigimos al barrio de Friedrichsham en el Berliner east, el que más recuerda el antiguo Berlín Oriental, junto al río Spree, barrio bohemio.
Allí se encuentra el East Side Gallery, importante parte del antiguo muro cubierto de pinturas creadas por artistas internacionales. Quien quiere puede sellar su pasaporte y comprar restos del muro, se venden en cantidad de sitios.
Seguimos paseando entre los canales del río Spree, al fondo podíamos ver el Berliner Don, Catedral destruida por completo en la Segunda Guerra Mundial, en ella existe una cripta con 90 sarcófagos en su interior junto a éste, el Neues Museum dónde se encuentra el busto de Nefertiti y el único papiro con la escritura de Cleopatra.
Por la tarde visitamos el cuartel general de la Gestapo, de las SS, monumento a los judíos, el Parlamento alemán, Isla de los Museos, Museo de los aliados, parque y Columna de la Victoria. Tiergaten.. Tanta historia..la Alemania nazi, la Guerra, Fría y las dos Alemanias.
El frío aumentaba en la capital, decidimos resguardarnos en el acuario en Olof Palm platz, con más de 500 especies de peces, insectos y reptiles a lo largo de tres plantas en inmensos tanques, la mejor manera de despedir relajadamente nuestro viaje.

Mi conclusión es muy positiva, Berlín me ha sorprendido muy gratamente, es una ciudad muy cosmopolita donde los alemanes aceptan su historia  y la respetan aunque no estar muy orgullosos de ella, el Berlínes es muy abierto y aunque tienen fama de trabajadores, también saben divertirse, siempre existen festivales y conciertos, miles de actividades para asistir... Estos días hemos podido observar el horror del holocausto, inimaginable, hay que ver para creer, los años en que los berlineses pasaron necesidades, las de las dos Alemanias. La fuerte e industrial de hoy en día..en conclusión, unos supervivientes de la historia...



domingo, 2 de febrero de 2014

ROMA

Llegué al aeropuerto de Ciampino por la tarde en un vuelo barato y tomé un autobús hasta la céntrica estación y terminal de autobuses de Termini. Tenía reservado una habitación en un Hostel de mochileros no muy lejos de ahí. Mi viaje iba a ser breve y no podía permitirme perder el tiempo. Enseguida cogí mi cámara y salí a toda prisa.
Anochecería enseguida y quería alejarme de la zona de Termini, me habían desaconsejado deambular por esa zona de noche, así que bajé al metro y en pocos minutos aparecía ante mi imponente, el coliseo y el arco de Constantino, que en esos momentos comenzaban a iluminarse dandome la bienvenida.
Subí por las empedradas aceras de Via del Fiori rodeando el Foro a esas horas ya poco concurridos por los ultimos turistas.
Tras un buen rato caminando, dí con un cruce de calles dónde se podían observar unas pequeñas fuentes adosadas a cada esquina de las casas, unos carabinieri regulaban el tráfico, se estaba haciendo tarde y comenzaba a sentir hambre. Me acerqué a uno de ellos y les pregunté por un buen restaurante dónde probar una buena pizza italiana. No dudaron ni un segundo y me apuntaron en un papel la dirección de "La gallina Biannca" un restaurante no muy lejos de la zona, dónde ellos se dejaban caer asiduamente. Así que les dí las gracias y me dirigí hacía allí.
No hay que equivocarse, en Italia las pizzas son platos ofrecidos por buenos restaurantes, hay mucha variedad, son finísimas y extremadamente buenas. Además Italia cuenta con muy buena carta. La pasta como no, especialidad también con sus mil variedades, son platos muy grandes y para compartir. Sus quesos excelentes y sus vinos de la toscana...Admito que no se me dá muy bien pedir a la carta en los restaurantes Italianos, siempre pido de más..Así salí, bastante lleno y con algún Lambrusco y Limoncello de más..( el limoncello es un licor de sobremesa que se puede asemejar a nuestro orujo de hiervas)..
Afortunadamente no estaba lejos de mi Hostel. Cuando me disponía a entrar al edificio me dí cuenta que un gran número de personas entraban y salían del portal y una música salía de lo que supuestamente era la cafetería reconvertida en Pub, abierto a todo el mundo y desde luego a los clientes del Hostel de todas las nacionalidades.
El sistema era el siguiente, para consumir debías de cambiar dinero en una máquina dónde adquirir los "toquens" móneda ficticia con la que pagar en la barra. Me animé y me pedí una jarra de cerveza, el ambiente era muy animado pero al otro día tenía mucho por ver y preveía un dolor de cabeza al día siguiente, así que tras perderme por los pasillos del hostel e insistir en abrir alguna puerta que no era, llegué a mi habitación.
Al día siguiente bajé a desayunar con mi prometido dolor de cabeza, lo que había sido el Pub ahora era un comedor, dónde jóvenes, padres y niños desayunaban animadamente. Cuando acabé, salí hacía Ciudad del Vaticano, un curioso país con moneda y sellos propia, unos guardias con túnicas negras, medias blancas y boinas achapeladas se disponían a la entrada de la plaza de San Pedro, era la guardia Suiza. Dentro de la indumentaria era mas colorida. Una larga fila rodeaba toda la plaza de San Pedro. Una recomendación; Si queréis visitar la famosa Capilla Sixtina sin tener que esperar horas, existen personas que se dedican a hacer fila y venden su puesto, cuando ya están avanzados por unas monedas.
Tras las fotos de rigor, me disponía a machar cuando un revuelo hizo girarme, los Carabinieri escoltaban varios vehículos oficiales que portaban las banderas del Estado Vaticano, los rumores corrían rápidamente y se decía que en uno de ellos podía ser ocupado por el Papa de turno, Ratzinger.
Salí del Vaticano, rodeé el castillo San Angelo y crucé el Rio Tiver por el puente del mismo nombre, me encaminé por Via del Coronari y salí a Piazza Navona, la más bonita de Roma dónde se encuentran tres famosas fuentes, se dice que antaño obstruían los desagües de dichas fuentes con objeto de inundar la plaza y así crear un lago artificial. También es la plaza más animada de Roma dónde bohemios artistas y pintores exponen sus obras. seguí caminando y llegué al Panteón con su misterioso agujero en la boveda.


Crucé la piazza Venecia y me dirigí a la Fontana de Trevi, la tradición manda que los visitantes que arrojen una moneda aseguran su vuelta a Roma, se dice que se recogen cada día unos 3000 euros.

Mas tarde subía por las escaleras de la Piazza Di Spagna, los Italianos acechaban a las turistas, lugar de moda dónde todo el mundo se deja ver.
Desde arriba, la iglesia de la Trinidad recibe al visitante con las mejores vistas de Roma. Estaba atardeciendo, los colores rojo y amarillo se mezclaban en el horizonte, crucé el parque y bajé por unas escaleras interminables hasta la Piazza Di Popolo, (plaza del pueblo) dónde se encuentra un obelisco Egipcio dedicado a Ramses II.
Al día siguiente visité el precioso barrio del Trastevere, crucé el puente Milvio dónde las parejitas sellaban su amor poniendo un candado y lanzando la llave al Rio Tiver.
Tomé un Gelatto en la Isla de Ospedale, una famosa heladería artesana..en Italia es tradición y se come helado todo el año.
   
Después de varios días en la ciudad de las adoquinadas calles y de las Iglesias...hay más de 900. Ciudad de las Vespas...tened cuidado, los Italianos no son los mejores conductores del mundo y el tráfico en Roma en infernal..
Ciudad de buenos alimentos y de los Capuccinos, la verdad que están buenísimos, solo se toman en la sobremesa, solo los turistas los tomamos a todas horas.....Mi primer viaje a Italia llegaba a su final, pero no sería el último.
...¡Arrivederci Roma!....