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lunes, 27 de enero de 2014

NUEVA YORK; La capital del mundo..

Dicen que Nueva York puede enamorar o aborrecer pero no deja indiferente. Era un viaje muy deseado, mi primer transoceánico. El vuelo fué tranquilo y no se hizo largo.
La llegada ya deparaba la primera anécdota, nos retuvieron en la pista de aterrizaje, los bomberos apagaban un fuego en un avión que ardía en pleno JFK.
Tras plasmar mis huellas dactilares en inmigración y la fotografía rutinaria, ya me tenían fichado...
Subí en el Air Train que rodea todas las terminales y que enlazaba con el metro.
Tras 28 paradas bajé en Fulton street, en pleno Manhattan junto en la salida del metro se encontraba mi pequeño apartamento en un edificio de estilo Georgiano, que constaba de una planta con sala, cocina compartida y 5 habitaciones.
A la derecha la zona cero, a la izquierda el puente de Brooklyn y una calle por delante, Wall Street.
Revisé la habitación y me duché. Estaba algo cansado pero muerto de ganas de conocer Manhattan. Así que me calcé unas buenas zapatillas para andar y bajé a la calle.  Comencé a caminar hacía el norte y enseguida llegué a Time Square.


Miles de neones de colores iluminaban la céntrica plaza abarrotada de turistas y Neoyorquinos entrando y saliendo de los distintos locales de ocio, tiendas y cines que salpicaban las aceras.
Algunos freelance voceaban intentando vender distintos Tours y actividades a los miles de turistas allí concentrados, al fondo se distinguía la gran escalera roja qué sirve de base para hacer miles instantáneas por su gran visión de Time Square.
El cielo ya oscurecía y no quería alejarme mucho de mi alojamiento así que tras un buen rato algo aturdido por el ruido, el tráfico, las luces.. decidí bajar hacia la zona financiera.
Me desvié de mi camino y me dejé llevar. Esta vez me encontré en la orilla de East River junto al puente de Brooklyn y del Pier 17 mientras el sol se ponía.
Allí estaba apoyado en la barandilla disfrutando de la brisa, escuchando los sonidos de los botes y observando como el sol desaparecía en el horizonte y las luces de los rascacielos comenzaban a dibujar la silueta de la mejor ciudad del mundo.
Al día siguiente desayuné temprano en el Starbucks de la esquina, los brokers hacía fila en la calle, recogían su pedido y salían por otra puerta con el café en la manos hacia la zona financiera.
Ojeé mi plano y mientras terminaba con mi café talla xl decidí que comenzaría haciendo una solemne visita la Zona Cero. En obras con la intención de construir varios rascacielos aunque todavía continuaban buscando la profundidad necesaria y acabarían levantando el One World trade Center de hoy en día.  Ya no se dislumbraba nada de lo que hacía unos años atrás había ocurrido en ese mismo lugar.
Una pequeña iglesia que se encontraba allí mismo, tenía recuerdos de la catástrofe donde perdieron la vida miles de personas. Pancartas de otros estados se hermanaban y apoyaban a Nueva York, fotos de desaparecidos se agolpaban por muchos sitios con cientos de velas que iluminaban el interior.
Se me puso la carne de gallina al observar el traje de un bombero que permanecía sentado inmune a los años en el último banco todavía sucio por los escombros. Es el recordatorio de la atención a muchos de los heridos civiles y bomberos en aquel lugar.
Salí de la iglesia y Tomé el metro, bajé en China town, parecía otro país dentro de la misma ciudad, las calles inundadas de luminosos carteles en chino, tiendas de comestibles dónde los pollos laqueados colgaban boca abajo esperando ser vendidos, otros alimentos asiáticos se vendían al parecer con pocas medidas higiénicas, no sería yo quién pondría a prueba mi salud. Otros chinos reclamaban a voces mi atención, quizás para intentarme vender alguna falsificación. Salí de Chinatown y sin darme cuenta entraba en Litle Italy,


Restaurantes y pizzerías colmaban las calles. Tenía hambre y me dejé captar por un italiano con pinta de mafioso que enseguida me acomodó en la peor mesa del restaurante, junto a la cocina y los servicios.
Las paredes acumulaban polvo y retratos de capos del celuloide.
Un par de horas más tarde ya caminaba por la Quinta Avenida entre mareas de compradores. Tiendas de lujo con Dj's, espectáculos, famosas modelos y música en vivo daba la bienvenida a posibles clientes.
Observé un gran tubo de goma instalado a la salida de aire de una alcantarilla por la que el vapor hacía efecto de chimenea y ocultaba el cartel de la famosa joyería Tiffanys, dónde Audrey Hepburn desayunaba con diamantes..
Seguí paseando y apareció a mi izquierda, el edificio Rockefeller Center y su pista de patinaje. En el recibidor se encuentra una tienda de la compañia de TV CBS dónde puedes adquirir objetos de merchandaising de las últimas series de televisión. Una buena idea, si le echáis algo de morro, es que os coléis en los ascensores del edificio y subáis a la última planta, las vistas son magníficas.
Más tarde cruzando la calle visité la grandiosa Catedral de San Patricio muy querida por los inmigrantes irlandeses y los neoyorquinos en general.
Los edificios de la familia Tramp y el Hotel Plaza, escoltaban la entrada de Central Park, un inmenso oasis de césped, un paréntesis en la frenética vida de los Neoyorquinos, jardines, lagos, una pista de patinaje, zoólogico, canchas de beisbol y todo en medio de la ciudad. Me lo recorrí paseando a buen ritmo mientras los carros de caballos me adelantaban junto a habituales corredores.
Salí por Park Avenue, allí me encontré con el disco conmemorativo a John Lennon que rezaba "Imagine", cerca de allí tenía su vivienda y dónde fue asesinado.
No es recomendable visitar Central Park por la noche, sobre todo contra más al norte.
Al día siguiente amaneció un día lluvioso así que lo ocupé en visitar museos, obligatorio el de Historia Natural, ciencia, naturaleza, historia.. muy muy recomendable.
Por la tarde me dirigí hacia la orilla del Hudson, en el Pier 86, se encuentra el Intrepid, un barco portaviones dónde se encuentra el último Concorde, un submarino y el interior del barco repleto de aviones.
Afortunadamente los siguientes días salieron despejados. No más de 20 minutos de espera en el Hall, cogí el primer ascensor hacia la planta 86 del Empire State, creo recordar que se cogen hasta 3 ascensores más para llegar al mirador. Un escalofrío me recorrió el cuerpo, la sensación térmica era más fría entre 6 u 8 grados que en la calle y sobre todo por las sobrecogedoras vistas de las cuatro caras de Manhattan, el inmenso Central Park al norte, el edificio Chrysler y los Hudson y el East river y a los lados, en el sur el Sky Line y más cercano el edificio Flatiron qué es el edificio en forma de plancha de estilo beaux art, muy querido en Nueva York.


Las sirenas se presumían muy lejanas, miles de taxis amarillos se apreciaban por toda las calles. La valla del Mirador le quitaba un poco de romanticismo al lugar, aunque por otro lado muy recomendable dado el alto número de suicidios acaecidos aquí durante la Gran Depresión..
Durante la visita al exclusivo barrio del Soho, me sentí como estar dentro de una película de Woody Allen, vida en las calles, edificios y locales de artistas bohemios, tiendas de moda urbana...
Un detective de color, anotaba datos en una libreta, en presencia de un grupo de personas cuando de repente escuché un gran número de sirenas acercarse, pasaron ante mí más de veinte vehículos Ford Crown Victoria de policía que causaban expectación entre los turistas, resultaban ser simulacros programados y conometrados que se hacían muy habitualmente tras el1de septiembre.


A la mañana siguiente, tomé el enorme barco naranja, el State Island ferry en Battery Park ( gratuito) y pasé ante la gran Estatua de la Libertad, entonces aún no se podía visitar, pero el pequeño trayecto no desmejoraba, continuó acercándose a Ellis Island y atracando en State Island.
Desde la orilla de la bahía se podía disfrutar del bellísimo Sky Line y de la tranquilidad de esta parte de la ciudad.
Los siguientes días ya sintiéndome como un Neoyorquino más, me coloqué música en los cascos y comencé a pasear, crucé a Brooklyn por el famoso puente, mientras fotografíaban a unas modelos presumiblemente famosas por la expectación que causaban.
Me colé por error entre los extras de rodaje de una película, desayuné en medio de una iglesia invitado por una señora mayor de color, que extrañamente se empeñaba en abrazarme mientras en el altar, un supuesto sacerdote protestante tocaba la guitarra eléctrica al son de una música muy rockera, los confetis y los globos de colores le daban un extraño ambiente a la iglesia pero todo ello me fascinaba..
Después paseé por Battery Park disfrutando del sol mientras daba cuenta de uno de los muchos perritos calientes que comí durante mis días en Nueva York. Como no, me colé en varios parques de bomberos, algo muy turístico.
Se agotaban los días y aún que yo me sentía algo cansado me daba la impresión de dejarme muchas cosas en el tintero, parecía algo irreal ver cosas que anteriormente ya había visto en televisión. Me sorprendió la calidez de la gente, en más de una ocasión se acercaron a ofrecerme ayuda.
Debo decir que la ciudad me enamoró, el ambiente, la multiculturalidad, religiones, todo en concordancia, todo el mundo tiene su oportunidad en esta ciudad.
Como no, mi vuelo de vuelta me tenía una sorpresa, una gran tormenta no hizo retrasar mi vuelo, ya dentro del avión el agua golpeaba fuerte y los rayos pasaban tan cerca que retumbaban e iluminaban el interior de la cabina, éramos pocos los pasajeros pero nos miramos algo preocupados mientras comenzaban las turbulencias...cerré los ojos y pensé en las experiencias vívidas durante esos ultimos días y que volvería de nuevo me hizo sonreir...

sábado, 25 de enero de 2014

PAISES BAJOS

Un 22 de Septiembre llegaba a Bruselas dónde alquilé un coche y enseguida me encaminé hacia las tierras bajas.
Tenía ganas de conocer Holanda, el país de los canales. Tomé dirección a Roosendal, el cielo amenazaba lluvia y se hizo de noche precipitadamente. Crucé el enorme túnel que discurre bajo el mar y cruza el muelle de Rotterdam, el puerto de mercancía más grande de Europa.
Poco después ya circulaba por el "Ring", el anillo que rodea la capital, Amsterdam.
Comenzó a llover con fuerza, el limpia parabrisas apenas daba abasto a recoger el agua. Tomé dirección a Harlem y me dirigí hacia Warder, un pequeño pueblo al noreste de Holanda junto a las orillas del mar del norte dónde se encontraba mi alojamiento.
Una casa de una sola planta distribuida en 2 zonas separadas por una cafetería y la recepción. Ubicada frente al gran lago que formaba el gran dique de un mar que curiosamente estaba a mas altura que la propia tierra y que obligaba a subir

varios metros por unas escaleras. Era curioso ver como el mar estaba a mas altura, de ahí llamarlos los países bajos .
El dique convertía el mar en un gran lago y su función era la de evitar que se inundase la península con las mareas altas.
Al día siguiente me dirigí hacía Ámsterdam, aparqué en un P+R ( Park & Rail) distribuidos alrededor de la ciudad, tomé el tranvía y me dejó en la estación central en el, centro de la ciudad. Nada más bajar me encontré con Roderij Lovers, un parking de bicicletas de tres plantas de altura, Ámsterdam es la ciudad dónde existen mas bicicletas por metro cuadrado, me dirigí hacía el centro por Nieuwendisk, la calle peatonal más comercial hasta salir a la plaza Dam.
Recorrí los canales mientras observaba las casas de estilo "Ámsterdam", edificios inclinados con grandes ventanales para aprobechar la escasa luz diurna.

Llegué a Prinsengracht,  el tumulto de gente indicaba el lugar dónde se encontraba la casa de Ana Frank, ahora un museo que puede ser visitado tras pasar por caja.
Lugar dónde Ana Frank, una niña alemana de descendencia judía y su familia se mantuvo escondida dos años y medio durante la II guerra mundial, cuándo los judíos eran perseguidos por los alemanes. Sobrecoge la localización dónde vivieron hasta que fueron delatados y conducidos a distintos campos de concentración dónde acabarían sus días. Muy recomendable leer el libro antes de la visita.
A continuación fuí a dar con la Catedral de Westerkerk, detrás se encuentra el Homo-monument dedicado a los Homosexuales. Más tarde me encontré por casualidad en el número de 40 de la calle Oudezjids Voorbugwal, un edificio dónde se encuentra una iglesia clandestina escondida en el ático, dedicada a San Nicolás, su entrada 7€. Fué construida durante la represión que sufrió la religión católica muy recomendable su visita.
A la vuelta al Hotel observé algo en el exterior de mi habitación, habían aparecido múltiples telas de araña por los techos y esquinas del pasillo. Lo advertí a recepción y ante mi sorpresa me dijeron que era temporada de arañas y que aunque se limpiaban a diario volvían a aparecer, ciertamente trás fijarme mientras paseaba por este bonito pueblo de Warder,
se veían telas aquí y allí y múltiples arañas patilargas andaban a sus anchas entre los arbustos y los alfeizar de las ventanas. Esa noche coloqué toallas en las rendijas de la puerta y la ventana e inconscientemente dormí con un ojo abierto.
Al dia siguiente me armé de valor y alquilé una bicicleta, medio de transporte natural en el país, y riesgo dada la velocidad con la que circula la gente y que los carriles discurren a la orilla de los canales sin protección. Aseguraros de coger las bicicletas con frenos en el manillar porque aquí es común frenar con los pedales. .otra recomendación, las bicicletas disponen de un candado incorporado, guardaros bien la llave porque si desaparece la bicicleta os la harían pagar. En Ámsterdam no hay mucha delincuencia pero si roban muchas bicicletas. Me acerqué con ella al Risksmuseum y al mercado de las flores, bonitos puestos dónde puedes conseguir tulipanes de colores, plantas carnívoras y mil especies más.
Me desice de mi bicicleta y me fuí al barrio rojo salpicado de Coffee shops, locales de espectáculos y los mundialmente famosos escaparates con chicas expuestas esperando compañía.
Visité un house-boat, los pequeños botes amarrados en los canales dónde viven algunos afortunados, se pueden visitar.
Encontré la casa mas pequeña del mundo en Singelwrach..como buscar una aguja en un pajar..
Tras varios días, decidí coger el coche e irme hacia el norte y visitar los preciosos pueblos de Volendam, municipio pesquero dónde quedas obligado a probar su especialidad, el arenque en salsa de enebro.
Edam, precioso pueblo de cuento y probar sus variedades de queso de rueda.
Pasear por las calles de Oosthuizen dónde la amabilidad de su gente hace encontrarte como en casa.
Mi destino final sería Bruselas dónde debía dejar el coche, así que mejor que acabar mi viaje visitando la capital de Bélgica. Debo decir que al principio no me cautivó en exceso. El atomiun, uno de los principales atractivos, no contaba con ninguna exposición en ese momento y solo disfruté de las vistas. En Bruselas existe un buen servicio de Metro y no existen tornos, aun así los Belgas pagan escrupulosamente. Lo tomé y bajé en el centro. Admiré la Grand Place dónde cada agosto instalan una enorme alfombra de flores y es patrimonio de la Unesco, cerca de ahí se encuentra el Manneken pis, figura que representa a un niño que la historia narra que orinó encima de unas mechas encendidas tras un ataque a la ciudad y consiguió que las cargas no explotasen. Hay otra niña réplica encerrada tras unos barrotes Jeanneke pis, menos concida y que fué encargada por el dueño de un restaurante, frente a la niña se encuentra el famoso Deliriums Tremens, un Pub de estilo Irlandés dónde tienen una selección de más de 2000 clases de cerveza, el catálogo es enorme y cuesta decidir pero pasarás un buen rato. Tras varias cervezas debía de probar el popular chocolate belga.
Mi pensamiento seguía en los bellos pueblecitos Holandeses y sus interminables verdes praderas, la amabilidad de su gente, el respeto por su entorno, los bellos paisajes que inmortalicé en cientos de fotos tardarán en desaparecer de mi mente.

domingo, 19 de enero de 2014

LONDRES; Tradicional..

Londres, Capital famosa por ser una de las ciudades más visitadas del planeta, una de las ciudades que más respetan sus antiguas tradiciones. Quién no se ha hecho fotos con sus coloridas cabinas telefónicas, autobuses de dos pisos o los famosos "cabs" los taxis negros, sus viejas y húmedas calles bajo la niebla sacadas de antiguas películas en blanco y negro..
Fué mi primer viaje a las islas británicas y no me decepcionó. Llegué con un vuelo barato hasta el aeropuerto de Stansted y en unos 45 minutos ya me encontraba en la estación Victoria. No muy lejos tenía reservada una habitación en un Hotel regentado por ciudadanos pakistanies, algo muy común en Londres y un número muy importante en el país. Respecto a los hoteles es importante saber que la categoría de los mismos no corresponden a los que estamos acostumbrados en España, son peores y mucho más caros.
De las estación Victoria tardé 15 minutos en llegar al hotel de estilo georgiano, igual que los otros 6 que se disponían en la misma acera. Mi habitación totalmente enmoquetada rezumaba polvo por todas partes y los muebles parecían haber vivido tiempos mejores, en cuanto al cuarto de baño por supuesto compartido, se encontraba en un tramo intermedio entre la planta baja y la primera planta. Abrí la cama y revisé que estuviese en orden, extendí mis cosas por la habitación, me duché y me dispuse a salir.
Era mediados de septiembre y al atardecer ya empezaba a refrescar, me dirigí hacia el río Támesis paseando mientras admiraba el parlamento y el Big Ben,
faltaban 5 minutos para las siete, observé el Golden Eye, la noria de 135 metros de altura con sus grandes cabinas que llegan a alojar hasta 25 personas y la cual tarda 30 minutos en dar su vuelta.
Crucé de nuevo el Támesis, tras unos cuantos sustos en los cruces y sobre los pasos de cebra empecé a acostumbrarme a mirar hacia la derecha. La lluvia hacía su presencia y dejaba su esencia tan característica en las calles de esta bella urbe.
A la mañana siguiente bajé al comedor y pedí el desayuno tradicional inglés que constaba de huevos, salchichas, bacon, y una pasta oscura que resultó ser judías pintas. Más tarde me dirigí al metro, adquirí un billete y tomé destino hacia Notting Hill..
El plano del metro consta de varios anillos, cada anillo consta de una zona y de un precio. Es conocido como Underground o Tube.
Me apeé en Kesinghton road y me dirigí hacia el corazón de Notting Hill, conocido por la película que protagonizó Hugh grant. Fácilmente se pueden distinguir los escenarios de la película mientras paseas por sus coloridas calles, caminaba por el bohemio barrio de Portobello entre cafeterías, viejos locales de arte y puestos en la calles con esforzados vendedores por reclamabar tu atención..ropa usada, discos viejos y objetos variopintos esperaban ser vendidos.
Volví paseando hacia Kensington Palace, la que fué residencia favorita de la princesa Diana, puede visitarse por partes, detrás se encuentra un pequeño museo, una tienda de regalos y muy recomendable visitar el jardín que ella misma ordenó construir para sus paseos al sol.
Atrevesé el lago Serpentine observando los cisnes, unas tumbonas aparecían aquí y allí esperando ser ocupadas, si os sentáis en ellas que sepáis que son de alquiler y si se os acerca alguien, no será para saludaros..

Continúa este gran pulmón verde por el mayor parque de la capital, Hide Park dónde corretean las ardillas entre los cientos de londinenses que pasean a su alrededor. Llegué a la entrada Buckigham Palace, los turistas se agolpaban junto a ella para presenciar el famoso cambio de guardia.
Por la tarde de nuevo tomé el metro y salí junto a la Torre de Londres dónde se encuentran las joyas de la corona y el famoso puente de las dos torres, el Tower Bridge custodiado por los Beefeater y que es elevado para que puedan pasar los grandes barcos. Desde este punto se puede contemplar el buque de la armada y una bella vista del Sky Line de Londres.

 Una recomendación, aseguraros de las horas de cierre de las estaciones del metro, no todas cierran a la misma hora y podéis encontraros con que no tenéis metro de vuelta y caminando por las oscuras y desangeladas calles de la city sin saber que dirección tomar.
Si os ocurre, continuar buscando otro acceso próximo porque seguramente os dejará cerca del centro.
Otro lugar que jamás debéis perderos es el museo Británico, uno de los mejores museos del mundo gracias al expolio que los británicos han mantenido durante siglos. Mi visita fué en un segundo intento, el primero fustrado por una pequeña anécdota, un despliegue de policías y cámaras de televisión se disponían en la entrada del museo en el día en que supuestamente la entrada era gratuita, me disponía a entrar cuando un policía me impidió la entrada, una fila de vehículos oficiales escoltados se dirigía hacia mí, la curiosidad hizo que mirase dentro de uno de ellos y mi sorpresa mayúscula cuando a medio metro de mí, un señor me obsevaba desde dentro del vehículo, resultó ser el primer ministro de Inglaterra que había sido nombrado unos meses antes, Gordon Brown (posterior a Tony Blair).
Todo esto debido a la inauguración de la gran exposición de los guerreros de terracota, los dirigentes chinos que acompañaban la exposición esperaban inquietos sobre las escaleras del Museo.
Los siguientes días transcurrieron tranquilos, me dediqué a pasear y visitar Oxford street, Picadilly Circus, la preciosa Trafalgar Square con su columna que abandera el Almirante Nelson, muy cerca la posibilidad de disfrutar de un sin fin de musicales, obras de teatro y espectáculos varios...
En definitiva, una mezcla de tradición y modernidad que llama la atención al visitante, por otro lado el carácter afable de su gente..Su Té de las 5, la charla alrededor de una pinta de cerveza en su Pub favorito. El ambiente de sus calles con esa mezcla de olores a comida en el ambiente que a mi me encanta...Una ciudad para descubrir y disfrutar......

lunes, 13 de enero de 2014

PARIS; La ciudad de la luz..

París, ciudad de la moda, ciudad del amor y del romanticismo. Fuè la ciudad europea en vanguardia por ser la primera en instalar luz en sus calles..de ahí el dicho de la ciudad de la luz.
París fué mi primer viaje, el descubrimiento de que fuera de España también existía vida.. Llevaba poco dinero y me alojè en un discreto Hotel en el barrio parisino de Lyon. Mi estancia se prolongó durante un caluroso mes de julio mientras Francia atravesaba una extrema ola de calor.  Acababa de estrenarse poco ates la película de gran éxito, el Código Da Vinci y los turistas hacían fila a las puertas de Saint Sulpice buscando la linea rosa que supuestamente marcaba el lugar donde se hallaba el santo Grial y que realmente se trataba de un calendario solar.  Otro lugar donde también se hacía fila durante horas y a casi 40 grados a la sombra era frente a las cuatro bases que soportaban el peso de la mundialmente famosa Tour Eiffel.
 Los ascensores no daban tregua a su maquinaria, subir los 300 metros por las escaleras era una dura penitencia que yo decidì soportar, al final obtuve mi recompensa disfrutando de las hermosas vistas de París en las alturas.. el trocadero, los campos de Marte y forzando la vista hacia la izuierda se podía observar la original estatua de la libertad comandando el Sena. La réplica mas famosa levantada frente el Sky Line de NY fué obsequiada por el gobierno francés para conmemorar la declaración de independencia de los Estados Unidos.  Otro estandarte de París de visita obligada es el Museo de Louvre con sus grandes tesoros que no dejará indiferente a nadie. Arte Oriental, Griego, Romano, Egipcio, famosas obras como la Gioconda, obra de un tal. "Leonardo Da Vinci", las joyas de la corona, los aposentos de Napoleón Bonaparte y miles de obras que pueden ocuparte un dia entero.
Decidí que trás 4 horas estaba listo para seguir caminando por las calles de esta elegante ciudad hacia mis siguientes destinos, La catedral de Notre Dam rodeada por el Sena,

Los campos Elíseos y el Arco del triúnfo a el que se puede acceder por unas escaleras subterráneas. Los Inválidos, la plaza de la Bastilla dónde me sorprendió ver jóvenes que trás la jornada laboral disfrutaban con unas copas de cristal de un buen vino y charlaban tumbados en el arreglado jardín junto al muelle del Arsenal que da la entrada a la gran plaza dónde dió lugar a las revueltas que ocasionaron el primer acto de la revolución francesa.                             
Mi predilección por el barrio de Montmartre hizo que me sumergiera una y otra vez por sus calles llenas de animadas cafeterías, pintorescas placitas, perdiéndome en un sin fín de callejuelas, todas construidas sobre una colina coronada por el Sacre Cour.." El Sagrado Corazón"
Basilica en forma de cruz griega..para acceder a ella, varios tramos de escaleras pueden agotarte después de un largo día de caminata, puedes declinarte por subir en el telecabina que encontrarás detrás de la nória en el lado izquierdo de las escaleras. Tras la visita a esta bella Basílica, decidí volver al barrio de Amélie y disfrutar de un café en CAFÉ DES DEUX MOLINS, en la Rue Lepicnum 25. Lugar dónde Amélie Poulain trabajaba de camarera. Aún se puede encontrar una pequeña placa en la entrada a los sevicios que conmemoran la película.                                                            
Ya en el Hotel y tras no poder conciliar el sueño, decidí pasear por la orilla del sena. Eran altas horas de la madrugada y me sorprendió toparme con varios anfiteatros llenos de personas bailando al ritmo de tango, otro practicaban capoeira, mientras los curiosos iban ocupando los asientos de piedra.  De repente una luz en el cielo anunciaba la llegada de una tormenta que prometía resfrecar el  abobiante ambiente.                                                  Tras una noche de verdadero descanso, dejé mi habitación y bajé a la minúscula sala que el hotel utilizaba como comedor, allí recuperé fuerzas, consulté mi inseparable plano y me hice un bocadillo para más tarde, pensé que ya era hora de cambiar el rumbo de mi viaje y me fuí al barrio rojo, repleto de locales eróticos, tipos buscando compañia o ver un espéctaculo que solo este barrio podía ofrecerles..
También el Moulin Rouge con sus grandes luces presentaba su nuevo espectáculo.  
                                            Muy cerca se encontraba el cementerio de Pére-Lachaise...no, no me vuelto loco, en París los cementerios son muy visitados y están abiertos al público incluso con guía si lo precisas. En parís hay múltiples cementerios, los más importantes y visitados son los de Montmartre. Montparnasse y la necrópolis más prestigiosa de París dónde descansan famosos, escritores y artistas..la de Pére-Lachaisse.                                   Tras visitar los Jardines de Luxemburgo, las tullerias, explorar el barrio Latino, probar multitud de gofres, crépes, croissant...pasear, pasear...y tras un centenar de duchas después, llegó la hora de mi despedida. Me prometí que siempre llevaría París en mi corazón, que este era el comienzo de otra persona que surgía dentro de mi y que la necesidad de conocer mundo se apoderará de mi timidez.
París sigue estando en los primeros puestos de mi lista, su belleza, su crisol de culturas, su románticismo, su elegancia la hacen ser la capital de Europa.

domingo, 12 de enero de 2014

La vida secreta de walter mitty..

https://www.youtube.com/watch?v=RThkvi3fUgk&feature=youtube_gdata_player.               No puede ser de otra forma, desde mi blog me gustaría dar una pequeña mención para la película.. La vida secreta de Walter Mitty, bonita película en la que seguramente vamos a sentirnos identificados, un sentimiento aventurero mezclado con un punto romántico, preciosas imágenes de Islandia y Groenlandia..Ben stiller inmejorable, absolutamente recomendada. No deja indeferente.

miércoles, 8 de enero de 2014

Introduccion

Antes de sumergirnos en el blog, me gustaría explicar el porqué de su título. En primer lugar quién no ha paseado alguna vez bajo un cielo oscuro a punto de romper mientras contemplas el que en ese momento te parece el lugar más increíble de tu vida. Me ha sucedido en diversas ocasiones. Otras muchas simplemente lluvias y más lluvias, llegando a pensar que me seguían en cada uno de mis viajes y de la cual me ha costado desacerme..Pero como siempre se dice, después de la tormenta llega la calma..
Todo ocurre por algo y quizá debamos pensar que a veces sin las condiciones adecuadas no sucede la magia. El ejemplo de una noche gélida, condición indispensable para no perdernos un espectáculo tan increíble como es una aurora boreal, pero eso es otra historia.
Comenzaremos con una ciudad de la cual dicen, es una de las más bonitas y románticas de Europa..París...¿me acompañas..?..

martes, 7 de enero de 2014

Para comenzar mi humilde trayectoria como bloggero debo decir que soy una persona discreta que no pretende que nadie lo siga, los datos que aquí vierto puedan servir de utilidad a cualquier viajero de corazón como yo, serán una gran satisfacción para mí, decir que estoy abierto a cualquier comentario, a cualquier consulta, yo gustosamente intentaré aclarar. Mi fín, el de pasar un buen rato escribiendo mis pequeñas aventuras, vivencias, lugares increibles que te marcan de por vida.
También porque no, algún error cometido, algunos momentos de tensión que al fin y al cabo es lo que la vida te deja en las retinas. Tengo que advertir que viajar es adictivo, que no hace falta tener mucho dinero en los bolsillos, que siempre se vuelve rico de vivencias. Tampoco hace falta dominar un sinfín de lenguas, yo en concreto admito mi poco don para ellas como lamentablemente la mayoria de españoles, pero eso no puede cortar las alas de un aventurero..en ello consiste. En fín, una de las cosas que te hacen sentir vivo es viajar y conocer mundo, amigos que nunca se olvidan, esos lugares en los que te quedarias a vivir, siempre los hay..culturas tan diferentes, lugares paradisíacos, espectáculos de la naturaleza.. Desde aquí simplente me queda agradecer a toda esa gente que he ido conociendo y conoceré por el camino, a toda esa gente que amablemente ayuda sin pedir nada a cambio, a todos esos españoles que por suerte o por desgracia estan viviendo fuera de nuestro país. Siempre con una mano tendida si se necesita..Un saludo, esto va para vosotros y para todo aventurero repartido por el globo ..