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domingo, 19 de enero de 2014

LONDRES; Tradicional..

Londres, Capital famosa por ser una de las ciudades más visitadas del planeta, una de las ciudades que más respetan sus antiguas tradiciones. Quién no se ha hecho fotos con sus coloridas cabinas telefónicas, autobuses de dos pisos o los famosos "cabs" los taxis negros, sus viejas y húmedas calles bajo la niebla sacadas de antiguas películas en blanco y negro..
Fué mi primer viaje a las islas británicas y no me decepcionó. Llegué con un vuelo barato hasta el aeropuerto de Stansted y en unos 45 minutos ya me encontraba en la estación Victoria. No muy lejos tenía reservada una habitación en un Hotel regentado por ciudadanos pakistanies, algo muy común en Londres y un número muy importante en el país. Respecto a los hoteles es importante saber que la categoría de los mismos no corresponden a los que estamos acostumbrados en España, son peores y mucho más caros.
De las estación Victoria tardé 15 minutos en llegar al hotel de estilo georgiano, igual que los otros 6 que se disponían en la misma acera. Mi habitación totalmente enmoquetada rezumaba polvo por todas partes y los muebles parecían haber vivido tiempos mejores, en cuanto al cuarto de baño por supuesto compartido, se encontraba en un tramo intermedio entre la planta baja y la primera planta. Abrí la cama y revisé que estuviese en orden, extendí mis cosas por la habitación, me duché y me dispuse a salir.
Era mediados de septiembre y al atardecer ya empezaba a refrescar, me dirigí hacia el río Támesis paseando mientras admiraba el parlamento y el Big Ben,
faltaban 5 minutos para las siete, observé el Golden Eye, la noria de 135 metros de altura con sus grandes cabinas que llegan a alojar hasta 25 personas y la cual tarda 30 minutos en dar su vuelta.
Crucé de nuevo el Támesis, tras unos cuantos sustos en los cruces y sobre los pasos de cebra empecé a acostumbrarme a mirar hacia la derecha. La lluvia hacía su presencia y dejaba su esencia tan característica en las calles de esta bella urbe.
A la mañana siguiente bajé al comedor y pedí el desayuno tradicional inglés que constaba de huevos, salchichas, bacon, y una pasta oscura que resultó ser judías pintas. Más tarde me dirigí al metro, adquirí un billete y tomé destino hacia Notting Hill..
El plano del metro consta de varios anillos, cada anillo consta de una zona y de un precio. Es conocido como Underground o Tube.
Me apeé en Kesinghton road y me dirigí hacia el corazón de Notting Hill, conocido por la película que protagonizó Hugh grant. Fácilmente se pueden distinguir los escenarios de la película mientras paseas por sus coloridas calles, caminaba por el bohemio barrio de Portobello entre cafeterías, viejos locales de arte y puestos en la calles con esforzados vendedores por reclamabar tu atención..ropa usada, discos viejos y objetos variopintos esperaban ser vendidos.
Volví paseando hacia Kensington Palace, la que fué residencia favorita de la princesa Diana, puede visitarse por partes, detrás se encuentra un pequeño museo, una tienda de regalos y muy recomendable visitar el jardín que ella misma ordenó construir para sus paseos al sol.
Atrevesé el lago Serpentine observando los cisnes, unas tumbonas aparecían aquí y allí esperando ser ocupadas, si os sentáis en ellas que sepáis que son de alquiler y si se os acerca alguien, no será para saludaros..

Continúa este gran pulmón verde por el mayor parque de la capital, Hide Park dónde corretean las ardillas entre los cientos de londinenses que pasean a su alrededor. Llegué a la entrada Buckigham Palace, los turistas se agolpaban junto a ella para presenciar el famoso cambio de guardia.
Por la tarde de nuevo tomé el metro y salí junto a la Torre de Londres dónde se encuentran las joyas de la corona y el famoso puente de las dos torres, el Tower Bridge custodiado por los Beefeater y que es elevado para que puedan pasar los grandes barcos. Desde este punto se puede contemplar el buque de la armada y una bella vista del Sky Line de Londres.

 Una recomendación, aseguraros de las horas de cierre de las estaciones del metro, no todas cierran a la misma hora y podéis encontraros con que no tenéis metro de vuelta y caminando por las oscuras y desangeladas calles de la city sin saber que dirección tomar.
Si os ocurre, continuar buscando otro acceso próximo porque seguramente os dejará cerca del centro.
Otro lugar que jamás debéis perderos es el museo Británico, uno de los mejores museos del mundo gracias al expolio que los británicos han mantenido durante siglos. Mi visita fué en un segundo intento, el primero fustrado por una pequeña anécdota, un despliegue de policías y cámaras de televisión se disponían en la entrada del museo en el día en que supuestamente la entrada era gratuita, me disponía a entrar cuando un policía me impidió la entrada, una fila de vehículos oficiales escoltados se dirigía hacia mí, la curiosidad hizo que mirase dentro de uno de ellos y mi sorpresa mayúscula cuando a medio metro de mí, un señor me obsevaba desde dentro del vehículo, resultó ser el primer ministro de Inglaterra que había sido nombrado unos meses antes, Gordon Brown (posterior a Tony Blair).
Todo esto debido a la inauguración de la gran exposición de los guerreros de terracota, los dirigentes chinos que acompañaban la exposición esperaban inquietos sobre las escaleras del Museo.
Los siguientes días transcurrieron tranquilos, me dediqué a pasear y visitar Oxford street, Picadilly Circus, la preciosa Trafalgar Square con su columna que abandera el Almirante Nelson, muy cerca la posibilidad de disfrutar de un sin fin de musicales, obras de teatro y espectáculos varios...
En definitiva, una mezcla de tradición y modernidad que llama la atención al visitante, por otro lado el carácter afable de su gente..Su Té de las 5, la charla alrededor de una pinta de cerveza en su Pub favorito. El ambiente de sus calles con esa mezcla de olores a comida en el ambiente que a mi me encanta...Una ciudad para descubrir y disfrutar......

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